Nueva Normalidad 2.0 (y el dojo)
A principios de mes se me presentó la oportunidad de participar en una entrevista para la revista Épale Ccs... Obvio que no me perdí el chance, jajaja!!! Poder expresar qué opinaba acerca de esta nueva manera de trabajar que estamos encontrando es una excelente manera de liberar algo de stress surgido por el problema, e incluso por la solución.
Tuve el gusto de conversar con María Acero Colomine, pero por cuestiones de formato de la revista no se pudo publicar la entrevista en su totalidad. Así que con su permiso, les traigo lo mas relevante de esa conversación. Donde buscamos dar una explicación de qué se siente encausar el aikido en un mundo más digital, interactivo y virtual.
María Acero Colomine: ¿Cómo ha sido tu experiencia con la pandemia, a nivel personal y profesional? Jorge Torrealba: Una locura. Ha sido como decidir quedarse quieto y meditar en el momento justo en que un zancudo llega a visitarte. En lo personal los primeros meses descansé, en una segunda etapa me deprimí, y ahora estoy como en una etapa de aceptación... Acepto lo que venga como venga, no lo puedo controlar. Así que trato de "controlar" el deseo de "controlar" mi destino, esto basado en la frase filosófica de "el deseo es la raíz del sufrimiento" y "el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional". En lo profesional me he mantenido cauteloso, tengo la ventaja de poder esperar a ver cómo se adaptan los demás y en algunos casos como evolucionan los negocios e interacción con su audiencia. Así he visto como los primeros maestros que se aventuraron a acercarse a las transmisiones online han bajado la cantidad de las mismas. Ahora, hay un mercado creado y en merma, ha llegado el tiempo de una nueva oleada que realce el consumo de nuestro servicio: Las clases de Aikido. M.A.C.: ¿Cuáles han sido tus principales retos y dificultades? J.T.: "El aikido es un trabajo de dos", decía mi sensei, y ciertamente esa frase ha cobrado una vigencia contundente en estos momentos. Estar solo y mostrar las técnicas se siente como desvirtuar el trabajo que quieres mostrar. Sin embargo, el aikido tiene una especie de vacío legal: Las armas. El bastón mediano de caminante (en japonés, jo) y la espada de madera (bokken) permite dar una visión de lo que son las técnicas de taijutsu (técnicas sin armas) Es de allí de donde podemos echar mano para trabajar, pero sigue siendo un pañito caliente, pues no es la metodología normal de la práctica del aikido. Aunque ya nada es normal. M.A.C.: ¿Cuáles han sido tus mayores victorias y aciertos en este tiempo? J.T.: Hasta ahora, ninguna. Sólo queda la disciplina de seguir adelante con lo decidido. Si todo sale bien, podría terminar dando clase para practicantes en otras partes del mundo a donde llegue el internet. Para hacerlo offline, antes de la cuarentena, había que ser 8° Dan (eso implica unos 40, ó más, años de práctica y docencia). Ahora siendo 3° Dan (En mi caso, 22 años de práctica donde se incluyen los 15 años de docencia) la oportunidad de tener dicha experiencia es más cercana a la realización, sin esperar tanto tiempo.
M.A.C.: ¿Cómo te sientes actualmente? J.T.: Un poco optimista, pero preferiría ser más realista. El optimismo se siente bien pero suele ser un poco placebo, y termina por defraudarte. El realismo, esa medicina amarga, te hace más pragmático y proactivo. M.A.C.: ¿Qué recomendaciones puedes darnos, basada en tu experiencia? J.T.: El conocimiento es poder. Estudiemos todo lo que podamos. No solo conozcamos nuestro oficio, hagámonos maestros de cada aspecto de nuestro trabajo. No nos podemos dar el lujo de no ser profesionales. Preparémonos para ser los líderes en nuestra áreas. Estudiar rrss, mercadeo, idiomas, incluso psicología nos ayudará a entender a las personas y a obtener lo que queremos de ellas: que empaticen con la experiencia que les ofrecemos.
Por último, me gustaría comentarles que Venezuela de por sí presenta sus propios retos pero eso lo profundizaremos en una próxima entrada.